martes, 10 de noviembre de 2020

Entrevista - Sergio Diaz-Ropero Casarrubios

     

Nuestro primer entrevistado es Sergio Diaz-Ropero Casarrubios, profesor de saxofón en el Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife. Comenzó sus estudios de la mano de José María Beltrán en la antigua Academia para, posteriormente en el año 1992 entrar a formar parte de la Filarmónica Beethoven en una mezcla de nervios e ilusión transmitida por su hermano Fernando, quien ya formaba parte de la Banda.

Desde el punto de vista profesional, nos cuenta cómo ve la situación actual respecto al mundo cultural y sus nuevas inquietudes en el campo de la dirección. 

Afirma que para él, las fechas previas a Santa Cecilia son de las más importantes del año y que de la Filarmónica Beethoven solo puede tener buenas palabras: música y amigos para toda la vida.

¿Cómo recuerdas tu primera Santa Cecilia? 

De mi primera Santa Cecilia (1992), solo puedo tener recuerdos inolvidables. Desde los ensayos que hacíamos con José María Beltrán, preparándonos el pasodoble que Íbamos a interpretar en el pasacalles con la banda, a ir con los compañeros al comienzo del ensayo de la banda dirigida por el maestro Falín, intentando hacernos paso entre la niebla (entonces se podía fumar en la sala de ensayos), con mucha ilusión pero también muchos nervios.

Un momento emotivo fue hacer el pasacalle al día siguiente del concierto de Santa Cecilia, yendo por las casas de todos los educandos, y ver como salía mi familia para recibir a la banda. Era la forma de oficializar que ya pertenecía a la Filarmónica Beethoven.

¿Por qué decidiste empezar a estudiar Música? ¿Qué recuerdos tienes de aquella Academia?

En mi casa se escuchaba música en todo momento, si no eran mis padres con la música de su época, eran mis hermanos con la música de los 80,…y eso, al final lo disfrutaba. Por entonces mi hermano Fernando ya era miembro de la banda con el bombardino, e íbamos a los conciertos toda la familia. Yo veía como mi hermano disfrutaba de la música, del ambiente, tenía a sus mejores amigos dentro, y comencé a tener inquietud e ilusión por poder entrar.

Creo que la ilusión de poder ser miembro de la banda fue el motivo de empezar a disfrutar de la música. También disfrutaba mucho en la Academia. Los recuerdos que tengo de la Academia con José María Beltrán son entrañables, porque una vez que has visto todo el alumnado que hemos pasado por sus manos, solo puedes ver lo importante que era para él la banda, y como nos lo quería transmitir.

Te marchaste a Canarias hace unos años por motivos laborales, pero siempre te gusta participar en el concierto de Santa Cecilia ¿Qué son para ti estas fechas?

Las fechas de Santa Cecilia son para mí de las más importantes del año, porque desde que salí en la banda, hubo un antes y un después en mi relación con la música en todos los aspectos. Para mi Santa Cecilia es familia, amigos, ilusión, risas y música.

Yo siempre he dicho que si por algo estoy de profesor de Conservatorio y he tenido la suerte de tocar en grandes agrupaciones y orquestas, ha sido porque un día elegí salir en la banda de mi pueblo una Santa Cecilia de 1992, y me dio ese compromiso e impulso para amar la música. 

 
El Conservatorio Profesional de Música de Campo de Criptana-Alcázar de San Juan cumple 30 años, ¿Cómo valoras su influencia sobre la Banda y los músicos que formamos parte de él?

Lo cierto es que yo pasé primero por la Academia de música, luego me matriculé en el Conservatorio, y finalmente pude ingresar en la banda. Todos los pasos son importantes, porque la banda se nutre del maravilloso alumnado que tiene el conservatorio, y viceversa.

El Conservatorio te demanda disciplina, trabajo diario, perseverancia en conseguir interpretar obras que creías imposibles, y te comienza a introducir en el mundo profesional sin darte cuenta. Por el contrario, la banda es afianzar todo el desarrollo profesional que estás consiguiendo en el conservatorio, pero de una manera más lúdica, más libre, consiguiendo aportar todo lo que estás aprendiendo en un entorno concreto. Es un contraste necesario y constructivo.

Respecto al panorama de las bandas de música, tú puedes hablarnos de las bandas con las que has participado en las Islas Canarias, ¿existen muchas diferencias con respecto a las bandas que conocemos en La Mancha?

He de decir que en Canarias las bandas hacen una gran labor de promoción de la música y el folklore regional. He tenido la suerte de poder actuar con la banda sinfónica de la Fe de la Laguna, una banda semi-profesional con una gran disciplina de trabajo, grandes músicos y que suena fantástica. También he colaborado con la Sociedad Filarmónica Nivaria de Arafo, una banda con un gran nivel también y con mucho entusiasmo entre sus componentes.

Las bandas en Tenerife, y yo creo que en el archipiélago en general, tienen una ideología muy parecida a la nuestra, porque a la gente también les ilusiona mucho tocar con las agrupaciones de sus pueblos, participar en festivales y certámenes, hacer sus viajes, y tener un acercamiento con la música lo más cercano posible mediante su banda.

¿Cuál considerarías que ha sido uno de los mejores conciertos de la Banda? Y para ti, ¿un momento que recuerdes especialmente?

Por desgracia, yo creo que los dos grandes conciertos de la banda de los que todo el mundo habla me los perdí. El Certamen de Valencia posiblemente haya sido uno de los mejores conciertos que ha interpretado la Banda, donde recuerdo disfrutarlo en streaming a través de la página web del Certamen, y sentir la emoción al ver ganar el primer premio a la banda…, pero todo el mundo me habla también maravillas de Kerkrade. Hubo una gran implicación de toda la formación para ir a Kerkrade, una gran complicidad, y he podido escuchar con posterioridad la actuación de la Filarmónica, y fue espectacular.

Yo tengo dos grandes recuerdos… de la primera vez que fuimos al Palau de la Música en Valencia, interpretando obras como “El sombrero de tres picos” o “Valhalla”, y el certamen de Zarzuelas que ganamos en Madrid, porque era la primera vez que sentía lo que era ganar un certamen, y ver a todo el mundo tan feliz en ese momento fue muy gratificante.

 
¿Qué obra es la que más te ha gustado de interpretar o de la que recuerdas con especial cariño?

Hay muchas obras que hemos interpretado de una gran musicalidad, dificultad y entusiasmo, pero creo que me quedaría con tres:

-Las Danzas de Galanta de Kodaly.
-IV mov. sinfonía nº1 Titán de Mahler. 
-La Consagración de la Primavera de Stravinsky.

El ser saxofonista, y no poder formar parte de una plantilla orquestal, es algo que aún amando profundamente mi instrumento, siempre me ha entristecido. Poder interpretar con la banda en ocasiones transcripciones de orquesta, me ha motivado y me ha ilusionado muchísimo, llevar a una banda como la nuestra al límite ha sido muy motivador. Y no hay que menospreciar, por supuesto, las obras originales que hemos interpretado para banda, que también hay destacadas y muchas de ellas sorprendentes.

La pandemia ha afectado a muchos sectores, entre ellos al de la Cultura, ¿Cómo ves tú desde el punto de vista de un músico profesional esta situación?

Estamos en una situación difícil, no solo la cultura, sino en todos los sectores como bien has dicho. Es difícil el poder tener una opinión certera de lo que puede pasar, pero a lo mejor, ahora más que nunca, es una oportunidad para comenzar a tener nuevas ideas y resetearnos hacia algo que pueda ser nuevo en cómo afrontar nuestro sector.

Está claro que el simple hecho de limitar el aforo a los conciertos, creo que no funciona. Deberíamos de comenzar en pensar como motivar a la gente para que no solo quiera vernos en un auditorio, sino promover a lo mejor en dar conciertos de calidad que los acompañe una buena imagen y un buen sonido en streaming, hacer actos de mesas redondas con ejemplos musicales para educar al espectador, intentar crear más espectáculos en la calle…

Lamentablemente, espero muy poco apoyo político hacia nuestro sector en todos los ámbitos, y tenemos que intentar ser emprendedores hacia algo nuevo y desconocido, pero que nos pueda permitir salir del hoyo en el que estamos actualmente

Actualmente estás formándote como director de orquesta y banda, al igual que otros compañeros de nuestra Banda. ¿Cómo surge este interés? ¿A qué crees que se debe esta inquietud por la dirección?

El interés me ha venido de siempre, desde pequeño. Con solo 13 años, ya me encerraba en el salón de mi casa, ponía un casete de una orquesta, y me ponía yo solo a dirigir como un loco.

Pero probablemente, como nos pasó a tantos compañeros de banda, cuando estuvo Miguel Romea de director, verle dirigir con esa pasión, y como nos introducía en cada una de las piezas que interpretábamos en su mundo, nos motivó a muchos a pensar en poder dirigir algún día esas obras que hemos interpretado con la Banda.

El ver la partitura, descifrar todo lo que nos quiere decir, y el poder transmitírselo a todos los alumnos que tengo actualmente en la banda del Conservatorio, es un privilegio.

Para ir finalizando esta entrevista nos gustaría saber ¿Qué te ha aportado la Filarmónica Beethoven a lo largo de estos años?

Solo puedo tener buenas palabras. Música y amigos para toda la vida.

La Banda no es solo ir a ensayar y hacer conciertos. Son las tertulias con los amigos después de cada ensayo (acompañadas de cañas y bocadillos), disfrutar hablando de las obras que estamos interpretando en cada Santa Cecilia, o las que nos gustaría tocar en un futuro, juntarse en cada celebración que hacemos, echarnos unas risas y planificar futuros proyectos con mucha ilusión. La Banda es comprometerte con algo que haces con pasión y amas.
 
 
¿Cómo ves el futuro de la Banda?

Como en la vida, las bandas tienen ciclos, y creo que nosotros estamos actualmente en una evolución ascendente con ganas de hacer proyectos por parte de Juanjo y de la Junta Directiva.

Todas las iniciativas que veo que se tratan de impulsar, me parecen positivas, porque lo que se quiere ante todo es que siga la música y tratar de hacer conciertos dentro de los protocolos que nos demanda la situación sanitaria que tenemos. Pero por mucho que desde la Directiva y el Director estimulen todas estas intenciones, si la plantilla de la banda no ayudamos con la asistencia de ensayos, compromiso con lo que se nos pide musicalmente, etc… no lograremos todos estos objetivos que se nos proponen a corto plazo.

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